EL PIOJO DEL CORONEL
Un piojo muy humilde, solo conocía la aridez de la cabellera de un
soldado raso. No se quejaba de su suerte – sus antepasados, durante
generaciones, habían vivido en esos páramos – y conociendo solo pelo apestoso,
era incapaz de aspirar a un sitio mejor. Quiso el destino que el coronel pasara
revista a la sudorosa tropa. El piojo, emocionado, levantó una de sus patas
delanteras para él también hacer el saludo militar; entonces un viento
repentino lo sacó de su hediento albergue y fue a depositarlo en la cabeza del
coronel.
El insecto se llenó de orgullo: “¡La armada está bajo nuestro mando!”,
exclamó. Y una cálida sensación de poder embargó su corazón. Desde ese día
despreció a sus congéneres. Es más, rogó al cielo que su jefe los exterminara
por sucios y feos. Aferrado a la fragante cabellera, se sintió dueño del mundo,
obedecido por todos. De pronto estalló un motín y los soldados, con
lanzallamas, quemaron al coronel. El piojo, a pesar de gritar innumerables
veces: “¡Soy inocente!”, murió tan achicharrado como la cabeza que lo
albergaba.
Preguntas:
1.El
autor del texto pretende enseñarnos a través de la lectura que
a. Debemos aceptar nuestra realidad.
b. El poder cambia a las personas.
c. El oportunismo tiene sus
desventajas.
d.No debemos ser orgullosos
Cuál es la respuesta correcta?
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